viernes, 13 de abril de 2012

La anciana de los Duendes. Estado de México

Todos alguna vez hemos escuchado hablar de esas extrañas criaturas de minúsculo tamaño que nos roban los zapatos en la noche o nos juegan macabras travesuras en la oscuridad.

Existe un caso muy famoso en la localidad de Indeco Santa Clara (Estado de México), el cual nos relata la Sra. Romina Gutiérrez Lerdo, una anciana de 78 años de edad originaria del estado de Coahuila. La mujer afirma haber sido visitada desde su niñez por duendes que en un principio salían del cuarto contiguo a la habitación en la cual dormía, y que posteriormente al cambiarse de domicilio y hasta la actualidad los ve de vez en cuando salir del cuarto de baño ubicado en la segunda planta de su actual residencia. Sé que esto puede sonar a locuras de una anciana que ha perdido lucidez debido a su avanzada edad, pero gracias a algunos conocidos de mis padres logre ponerme en contacto con ella para poder escuchar de la fuente original la famosa historia de los duendes. Estas son las palabras de la Sra. Romina:
“Si, todavía me acuerdo como si hubiera pasado hace una semana, esas cosas no se te olvidan nunca. Fue una época muy difícil para mí, mis papas no entendían lo que me pasaba, me empecé a quedar toda flaca, y no quería comer por el miedo. Me acuerdo que todas las noches me despertaba en la madrugada por que los escuchaba salir del cuarto donde hacían las tortillas, eran como 5 o 6, y se reían, todos se reían, me quitaban las cobijas y se reían, yo me tapaba los ojos para no verlos, pero siempre la curiosidad me ganaba y los abría, estaban bien feos, eran como ancianos pequeños. “
La Sra. Romina me explico que al principio creyó que solo se trataba de un sueño o alguna alucinación suya, pero una noche logro confirmar que eran reales:
“Yo pensaba que se trataba de una pesadilla, pero poco a poco esas cosas se hicieron más descarados, se acercaban a mí y me rasguñaban, mi papa me regañaba porque pensaba que yo me lastimaba cuando salía al maizal a jugar, una noche tiraron el abrigo de mi papa y el se despertó muy enojado, por que se había llenado de polvo, ahí fue cuando me di cuenta de que no me lo estaba imaginando”
Según el relato de la anciana, los duendes nunca dejaron de atormentarla, y hasta la fecha de vez en cuando los escucha salir del cuarto de baño:
“Todavía los oigo a veces, salen del baño, yo cierro bien la puerta de mi recamara todas las noches, porque no quiero que se metan, todavía les tengo miedo y no quiero verlos, ya no me interesa saber porque a mí, eso me lo pregunte muchos años cuando me cambie de casa y me di cuenta de que seguían molestándome. Supongo que es algo con lo que tengo que vivir hasta que me muera”.
Esas fueron las palabras de la Sra. Romina, quien todavía suena asustada cuando cuenta su historia. Al preguntarle si podía ir con algunos compañeros a pasar una noche en su casa para ver si podíamos ayudar a resolver el misterio de estas extrañas criaturas, respondió con un rotundo “no”, argumentando que era algo a lo que no quería darle tanta importancia, por que ya estaba cansada de todos los que había pasado intentando deshacerse de ellos de incontables formas y que nada había funcionado, y que quería vivir lo que le quedaba de vida en paz.
Nunca sabremos si la historia de esta anciana es verídica, pero de lo que si podemos estar seguros es de la incontable cantidad de relatos y testimonios que parecen confirmar la existencia de estas místicas criaturas, por lo tanto no nos queda más que tener cuidado y estar siempre atentos, porque nadie nos puede asegurar que mientras estamos leyendo este párrafo, no se encuentra alguno de estos seres en la habitación contigua esperando para hacer alguna macabra travesura.

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