viernes, 13 de abril de 2012

Los clones de Jesus


  UNA SECTA de EEUU quiere clonar a Jesucristo utilizando los genes de la sangre de Turín. El escandaloso «Proyecto de la Segunda Venida», como lo han bautizado, pretende utilizar para la gestación el vientre de una mujer virgen. «No hay razones para no adelantar el regreso de Cristo», dice JOSÉ MANUEL VIDAL
El científico Lorenzo Garza Valdés logró una clonación molecular de tres genes de la sangre de la Sábana Santa. Él, aunque contrario al proyecto de la «Segunda Venida», sabe que hoy es posible lograr un clon de Cristo. / ARCHIVO
El mero enunciado suena a blasfemo. Sacudidos aún por el anuncio de la secta de los raelianos de la creación de dos bebés clonados, otra secta estadounidense pretende el más difícil todavía: clonar a Jesucristo. ¿Simple provocación o rebeldía blasfema y tenebrosa contra el mismo Dios? ¿Cuáles son las posibilidades de que la ciencia pueda clonar al hombre de la Sábana Santa, la mortaja con la que se cubrió el cadáver de Cristo? ¿Sería posible obtener un clon, un ser genéticamente idéntico a Jesucristo, gracias a la sangre encontrada en el santo sudario de Turín o en otra de las numerosas reliquias del Nazareno?
Es, cuando menos, una idea provocadora, cuya sola mención producirá horror y repulsión a muchos, alegría a otros e inquietud y desasosiego a todos. Sus creadores no sólo tendrían el poder de educarlo (y manipularlo a su antojo) sino también de utilizarlo para sus propios fines e intereses. De hecho, la carrera en pos de un Jesús II está ya en marcha. Infinidad de sectas, grupos de presión, congregaciones e iglesias están poniendo todo su potencial material y humano al servicio de la operación clonar a Jesús.
Hasta ahora, el único grupo que lo ha confesado abiertamente es una secta californiana, radicada en Berkeley. Su intento tiene un nombre: Second Coming Project (proyecto de la segunda venida).Su plan de operaciones, que puede consultarse en Internet (www.clonejesus.com) es «traer de nuevo a Cristo a la Tierra». Es decir, clonar a Cristo utilizando una célula de «las cientos de reliquias de Jesús que hay en el mundo, especialmente de la Sábana Santa de Turín». Justifican así su proyecto: «No nos conformamos con respuestas evasivas del tipo “Jesús está en nuestros corazones y en todas partes”. Queremos acción y ya. Queremos a Jesús aquí. Los cristianos vamos a estar esperando su llegada eternamente si no cogemos el toro por los cuernos. La segunda venida de Cristo se va a hacer realidad porque lo haremos llegar».
Más en concreto, los impulsores del Proyecto Segunda Venida quieren conseguir una célula limpia de la Sábana Santa, extraer su ADN e introducirlo dentro de un óvulo. Una vez fertilizado, será colocado en la matriz de una joven virgen, que dará a luz al segundo Jesús en un segundo nacimiento virginal. «Si existe la tecnología necesaria, no hay razones morales, legales o bíblicas para no adelantar su regreso sin tener que esperar al fin de los tiempos», explican los promotores del proyecto. Según ellos, con su segunda venida Cristo «salvaría al mundo de las guerras, la violencia, la injusticia social y el pecado».
¿Guión de una película de ciencia-ficción? De entrada, tendría que demostrarse que la Síndone fue impregnada por el cadáver de Cristo. Tras la polémica datación de la Sábana con Carbono-14 de hace años, la opinión pública aceptó mayoritariamente que se trataba de una falsificación medieval. Hoy, sin embargo, parece claro que los científicos implicados en el análisis mostraron una falta de rigor inconcebible, o que intencionadamente intentaron convertir la Síndone en una creencia supersticiosa. Lorenzo Garza Valdés, microbiólogo de la Universidad de Texas, participó en el posterior estudio científico de la Sábana Santa. Y su diagnóstico no deja lugar a dudas: «La sangre encontrada en la Sábana Santa es del tipo AB, un tipo sanguíneo muy raro en la actualidad, pero frecuente entre los judíos babilónicos y de Galilea de hace 2.000 años, y pertenece a un hombre de 1,80 de altura y 78 kilos de peso».
El científico, autor de ¿El ADN de Cristo?, descubrió también que el santo lienzo cubrió el cuerpo de un hombre flagelado y crucificado antes de morir. Tenía la fórmula cromosómica XY, como todo varón concebido por una relación sexual.
Tras lograr una clonación molecular de tres genes de la sangre de la Síndone, Garza Valdés entregó personalmente sus conclusiones al Papa en 1998: «Fui el primero que tuve el honor de clonar genes de la sangre de Cristo. Mis estudios demostraron que la Sábana es el lienzo mortuorio de Jesús de Nazaret».
A su juicio, clonar a Cristo es un «intento descabellado, pero que, por desgracia, no podrá impedirse. Hay cantidad de grupos de fanáticos que proliferan en EEUU, Italia, España y Francia.Todos quieren clonarlo. No lo han hecho aún porque no han conseguido muestras de sangre de la Sábana Santa».
Según Garza Valdés, aparte de la Iglesia hay unos 10 científicos que tienen muestras de sangre de la sábana. Él pone la mano en el fuego por ellos: «No creo que se prostituyan comercializando con la sangre de Cristo». Pero los promotores del Proyecto Segunda Venida confían en la gran fuerza persuasora del dinero.
«Sería una catástrofe y un plan descabellado. No podrán clonar a Cristo al 100%. Si se utiliza la poca sangre que se tiene de él, se tendría un genoma incompleto. Sería un individuo con una parte de la fórmula genética de Cristo o un monstruo, un Frankenstein, el mismísimo Anticristo», dice Garza Valdés a la revista mexicana Proceso.
Pero no todos sus colegas comparten su pesimismo. El famoso científico Richard Seed, de Chicago, asegura: «Cuando Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, lo que quería es que el hombre terminara convirtiéndose en Dios. La clonación es el primer paso serio del ser humano para convertirse en Dios».
Para el jesuita y físico molecular Carlos Alonso Bedate, «es una estupidez hablar de clonar personas. Se pueden clonar entidades biológicas, pero un ser humano es mucho más que la suma de sus genes». En definitiva, que nacemos, pero en buena medida nos hacemos. El Jesús clonado sería, pues, una copia casi perfecta de Jesús, nunca el ser original.
¿Qué consecuencias teológicas se derivarían del experimento? «Ninguna», asegura tajante el teólogo de la Universidad Pontificia de Salamanca Xabier Pikaza. A su juicio, el Jesús clonado «sería un individuo distinto… En nuestra sociedad se le da demasiada importancia al material genético, cuando lo importante es el útero social, es decir las condiciones familiares, ambientales y sociales en las que uno se cría». De hecho, también los hermanos de Jesús tuvieron su mismo material genético y ninguno de ellos llegó a ser como el profeta de Nazaret.
El Jesús clonado «no sería el Hijo de Dios sino un hijo de Dios, como cualquier otra persona», explica el teólogo mercedario.Y añade: «Sería posiblemente una persona llena de traumas y sumamente manipulado por la secta que lo hubiese clonado. Seguramente sería desgraciadísimo. Me daría mucha pena y sentiría por él una enorme compasión».
Y es que ya advierte el Evangelio de Marcos (13, 21-23): «Si alguno os dice entonces: “¡Mira, aquí está el Mesías, míralo, allí está!”, no os lo creáis. Porque saldrán mesías falsos y profetas falsos, y realizarán señales y prodigios que extraviarían, si fuera posible, a los elegidos. Vosotros estad sobre aviso, os he prevenido de todo».

LAS CLAVES


LOS GENES
Reliquias. ¿Dónde se puede hallar material genético de Jesús adecuado para una eventual clonación? En aquellas reliquias que puedan contener restos de su sangre, pelos o huesos. Existen reliquias repartidas por todo el mundo de lo más variado: desde clavos de la cruz hasta la Santa Lanza, pasando por la Sábana Santa o el Santo Prepucio. Entre las reliquias orgánicas divinas destacan las hematológicas (sangre o tierra impregnada de sudor y sangre) y las cárnicas (prepucios). Existen hasta 14 prepucios de Jesús. Además de en diversas catedrales francesas, hay uno en Calcuta y otro en Burgos. Según la tradición, casi todos fueron entregados a Carlomagno por un ángel.
«LIGNUM CRUCIS»
Palacio Real. Los fragmentos del lignum crucis más importantes están en Roma, Jerusalén, París, Bolonia, en la capilla del Palacio Real de Madrid (donde también se conserva un clavo de Cristo), en el monasterio de Santo Toribio de Liébana o en Caravaca (Murcia).También hay unas 800 espinas de la corona de Cristo. En España, sólo en el monasterio de El Escorial hay 11, amén de las de las catedrales de Toledo, Palma de Mallorca, Valencia, Jaén y Oviedo.

AMPOLLAS DE SANGRE
Girona. En el monasterio de Sant Pere de Roda se venera una ampolla de sangre de Cristo. Y en Piedrafita del Cebrero (Lugo). Además de la de Turín, hay seis sábanas santas en Francia, 26 en Italia, una en Portugal y 18 en España (Oviedo, Silos, Valladolid y Laguna de los Cameros, en Logroño).


 

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