lunes, 4 de junio de 2012

El Karma

En la vida no estamos exentos de situaciones complicadas o por el contrario parecen haber personas que han nacido con estrella. Es común ver como a quien le toca la lotería una vez, es probable que le vuelva a pasar, para explicar tanta supuesta coincidencia o desatinos en la vida existe lo que se conoce como Karma, que no sería otra cosa que nuestra lección a aprender en esta vida.
Esoteristas y personas vinculadas al mundo del espiritismo nos aseguran que incluso antes de nacer, en esa realidad universal de la cual partirían las almas, una persona o entidad espiritual antes de nacer ya elige su propio destino e incluso las enfermedades y algunas de las situaciones por las cuales pasará durante su tiempo en el mundo material, esto desde luego es arduo difícil de entender, sería aceptar que una persona que sufre un cáncer de la forma más dolorosa, esta persona antes de nacer ya habría decidido tenerlo y pasar por toda una serie de circunstancias angustiosas, seguramente todos pensamos en reencontrarnos con nuestros seres queridos en el momento en que la muerte llame a nuestra puerta, y muy probablemente así sea, a pesar de que la mediumnidad nos habla de que quienes nos vienen a buscar en nuestros últimos momentos no han de ser necesariamente nuestros familiares, si no aquellas personas que en nuestra vida nos fueron afines y con las cuales mantuvimos un lazo especial.
Los niños muertos incluso antes de nacer, también tendrían  su explicación más esotérica, pues representa que todo cuanto decidimos pasar en esta vida es voluntario e incluso en el último momento nos podemos arrepentir y decidir otra cosa, con lo que inexorablemente al arrepentirnos, el niño el cual albergaría esa alma no llegaría a nacer.
Personas más escépticas o negativas dicen que simplemente nacemos y morimos, que no hay nada más allá de nuestra muerte y que somos fruto del azar de la evolución, evidentemente todo evoluciona, cualquier persona realiza cambios durante su vida, bien por decisiones propias o por imposiciones. A nuestra condición humana no le es fácil el admitir la muerte, al menos tal y como nos la han hecho creer, en realidad no le tememos a perder nuestro cuerpo, pero sí a perder nuestra consciencia, a perder nuestro propio y más intimo Yo. Parce un absurdo que nuestra existencia no tenga fin alguno, aunque nuevamente se trata de una apreciación humana, ya que puestos a no encontrar sentido, ¿acaso lo tiene el mutilar a un animal o hacerle sufrir simplemente por absurda diversión? Por mucho que intente buscar explicación en el Karma, sinceramente no la encuentro, la única explicación es que estaríamos ante “mentes paranormales”.
No son pocos, incluso científicos que apuntan a que somos fruto de la creación  de “otras inteligencias” algo similar a la clonación que el ser humano realiza en estos momentos o a la manipulación genética, sinceramente me parece más creíble que la teoría de la evolución.
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Todo tiene un por qué, incluso la enfermedad puede ser la herramienta de lección en nuestra vida.
En ocasiones aparece en nuestra vida una persona con la cual creemos que pasaremos el resto de nuestros días, algo que en un principio aparece como bello en no pocas ocasiones se transforma para que en más o menos tiempo llegue el fin, quien en un principio parecía nuestra alma gemela y con la que durante tiempo  hemos compartido tanto, se esfuma, en muchos casos ni tan siquiera dejando rastro, tantas cosas compartidas, tanto hablar de un futuro en común para que irremediablemente circunstancias que ni tan siquiera sabemos como aparecen, decisiones y palabras que ni tan siquiera sabemos el por que las hacemos o decimos propician un fin inexorable. Cuando esto ha sucedido y hacemos profunda reflexión encontramos numerosos puntos inconexos, acciones que no son comunes en nosotros y a las cuales no encontramos explicación, pues muy a pesar de todo sí es probable que todo tenga su explicación, ninguna persona aparece en nuestra vida por nada, todo tiene un por que, una persona necesita de otras que propicien determinadas circunstancias para aprender determinadas lecciones, pudiendo ser negativas o positivas, puede que para verdaderamente aprendamos a  valorar el amor sea necesario el aprender que es perderlo, o tal vez una persona aparece en nuestra vida con el fin de ayudarnos a decir NO, algo tan sencillo, pero que a tantas personas les cuesta tanto. Si analizamos en profundidad y en soledad una relación afectiva terminada, seguramente encontraremos puntos de evolución en ambas partes de la pareja, no se trata de buscar culpables ni víctimas, si no lecciones de vida, de un aprendizaje que hemos conseguido gracias a la otra persona, lo doloroso es que cuando esta lección de vida, este aprendizaje como anteriormente he expuesto termina, la relación, nuestra relación con esa otra persona también ha terminado, aunque esto jamás ha de ser impedimento para  nuestros sentimientos, probablemente esa persona que nos acompañó durante un tiempo pueda ser quien nos acompañe hasta el final, pero ello requiere nuestro esfuerzo, si a pesar de todo no se logra es por que nuestro destino, por que nuestros caminos evolutivos se separan y es necesario que cada uno parta por caminos diferentes, en ocasiones caminos paralelos que jamás vuelven a juntarse, pero no todo es negativo, nos guste o no, nuestro caminar continua y nada sabemos de lo que nos encontraremos más allá.
Llegados a este punto quisiera mencionar una máxima que me parece enormemente positiva y apropiada:
“El hombre no puede descubrir nuevos horizontes si teme perder de vista la costa”
Hay que tener en cuenta que la rueda del Sansara, la rueda del destino es imparable y sigue girando en sentido ascendente o descendente según el punto en el que nos encontremos, a pesar de ello nos preguntamos, por que tardo tanto en que mi vida cambie, sobre todo cuando nos encontramos en momentos difíciles, la explicación es que nuestros cambios dependerán de la velocidad de la rueda del destino, para cumplir determinadas expectativas en nuestra vida para unos u otros será necesario encontrarse en sentido ascendente o descendente.
¿Pero, por que me vuelve a pasar a mí esto?
La respuesta es que no todo está escrito o predeterminado, tenemos cierta libre elección, así por ejemplo si evitamos el pasar por una situación sin que nuestro aprendizaje haya concluido, el tema quedará pendiente con lo que volveremos a pasar por una situación análoga hasta que completemos aquello que debamos aprender. 

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