martes, 26 de junio de 2012

El retorno de la reina roja

Restos de la Reina Roja 
 México, jun 26, 2012.- Luego de 18 años de permanecer en estudio en un laboratorio de antropología física de la Ciudad de México, los restos óseos de la Reina Roja regresaron a la ciudad maya de Palenque, Chiapas, donde fueron descubiertos en 1994, junto con sus dos acompañantes con quienes fue enterrada en el año 672 d.C. El nombre de la Reina Roja -cuyos restos se hallaron dentro de un sarcófago monolítico-, provino de que la máscara de malaquita que cubría su calavera, estaba recubierta por una capa de cinabrio (mineral rojo) de tres centímetros de grosor.
Luego de su descubrimiento, en el interior del Templo XIII de dicha la zona arqueológica chiapaneca, los esqueletos de la soberana maya y acompañantes (un niño y una mujer adulta), fueron trasladados al laboratorio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), que se ubica en un anexo en el Claustro de Sor Juana.
Ahí, el antropólogo físico Arturo Romano Pacheco los estudió por más de una década y media para confirmar su sexo, edad al fallecer, enfermedades padecidas y relaciones de parentesco con otros personajes descubiertos en el sitio prehispánico.
Tras la culminación del análisis de los huesos y la obtención de los resultados, que ya se han dado a conocer en diversas publicaciones y un documental, el INAH determinó su regreso a Palenque, conforme a la política de conservar en el sitio arqueológico todos los materiales descubiertos, a fin de que no se dispersen en otras colecciones o museos, informó el arqueólogo Emiliano Gallaga, director del Centro INAH-Chiapas.
El traslado desde el Claustro de Sor Juana hasta Palenque estuvo a cargo del personal del Centro INAH-Tabasco -ya que la ruta más directa es Ciudad de México-Villahermosa-. El convoy viajó por carretera en un vehículo oficial del INAH, escoltado por una patrulla de la Policía Federal y dos elementos de seguridad de la Zona Arqueológica de Palenque, detalló Juan Antonio Ferrer Aguilar, delegado del INAH en Tabasco.
El viernes 15 de junio, día en que se conmemoraron los 60 años del descubrimiento de la tumba de Pakal, la Reina Roja llegó a Palenque, al filo de las 23:00 horas, en cuatro cajas forradas por dentro con hule espuma inerte que se ahuecó con la forma de cada hueso, lo que permitió trasladarlos sin peligro de que se movieran durante el trayecto.
Además de la Reina Roja, también fueron trasladados los restos del infante y la mujer adulta que los mayas le asignaron como acompañantes el día de su entierro; se llevaron en otras tres cajas de iguales características para la adecuada conservación de las piezas óseas.
El director del Centro INAH-Tabasco informó que las siete cajas con los restos óseos se depositaron en las bodegas de resguardo de colecciones de la Zona Arqueológica de Palenque, en un espacio donde la humedad está controlada y la temperatura se mantiene estable, conforme a las indicaciones que dieron los antropólogos físicos que estudiaron y trataron los huesos para su conservación.
Cabe recordar que los últimos estudios de antropología física determinaron que los restos mortales de la Reina Roja podrían corresponder a la esposa del gobernante maya Pakal II, y no a su madre, como se creyó durante los primeros años del descubrimiento de su tumba, en tanto que estudios de ADN confirmaron que no hubo parentesco entre ambos personajes.
Asimismo, las características del cráneo de la Reina Roja son semejantes a las representaciones de la esposa de Pakal, que se han identificado en tableros del sitio prehispánico; además, el fechamiento de los huesos dieron una antigüedad de 672 d.C., mientras que las inscripciones en los monumentos de Palenque aluden al 13 de noviembre de 672, como fecha de la muerte de Tz'ak-b'u Ajaw, cónyuge del soberano de Palenque.
En lo que toca a los resultados de los estudios hechos a los acompañantes de la Reina Roja, ahora se sabe que uno corresponde a un niño de sexo masculino que vivía su tercera infancia al momento de morir (7-12 años de edad); y el otro a una mujer de entre 20 y 30 años; se pudo comprobar que ambos fueron sacrificados, de acuerdo con huellas registradas en los huesos de ambos individuos.
El arqueólogo Emiliano Gallaga dijo que por el momento no es posible que la Reina Roja regrese a su cámara funeraria -en el interior el Templo XIII-, debido al exceso de humedad que presenta la edificación, construida a un lado del Templo de las Inscripciones, donde yace la tumba de Pakal. Además de que el sepulcro prehispánico está abierto a la visita pública, lo que impide el control de temperatura que requieren los restos para su correcta conservación.
Especialistas del INAH en arqueología y conservación estudian si eventualmente podrían regresar los restos a su cámara funeraria, una vez que el lugar cumpla con las condiciones necesarias para la conservación de los huesos; por el momento, dijo, el Instituto realiza trabajos de mantenimiento en el Templo XIII, encaminados a contrarrestar la humedad excesiva causada por el ambiente.
Finalmente, comentó, el INAH también realiza labores de conservación en el Templo de las Inscripciones, donde además se efectúa el monitoreo de las condiciones de temperatura y humedad en que permanece el sarcófago de Pakal; y en el Templo XX, donde en 1999 se localizó otra tumba a la que solo se ha podido acceder a través de una microcámara de video, debido a su intrincada ubicación.


La tumba de la Reina Roja se localizó en el Templo XIII-sub de Palenque, Chiapas. Su nombre se debe a que tenía un rico atuendo y estaba pintada de rojo con cinabrio.
Foto: Javier Hinojosa

Las investigaciones arqueológicas y epigráficas han proporcionado pistas para, a diez años de su descubrimiento, dilucidar la identidad de la Reina Roja, la señora sepultada en la tumba del Templo XIII de Palenque, Chiapas. Hoy se puede proponer que se llamaba Hun K’Anleum, “Señora 1 Telaraña”, y que fue una mujer destacada de la dinastía de Palenque, si bien muchas interrogantes esperan respuesta.

H
ace diez años, en la zona arqueológica de Palenque, Chiapas, se llevó a cabo un descubrimiento de significativa importancia para el mundo maya y para la arqueología en general. La tumba de la Reina Roja, como ahora se le conoce, fue encontrada en la subestructura del Templo XIII, situado a un lado del Templo de las Inscripciones, en la Gran Plaza del sitio. El espíritu de la mujer enterrada podía salir a través de un “psicoducto” a visitar nuestro mundo; estaba acompañada de una máscara. ¿Quién es ella y por qué se le conoce así?


La especialista López Jiménez, quien actualmente trabaja en el Programa de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Mesoamérica y el Sureste, en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, señaló en entrevista que el trabajo de Malvido tiene la virtud de narrar las emociones del arqueólogo, su cansancio y gratitud.
Explicó que a través del programa promovido por el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, realiza un proyecto de investigación sobre la evolución de los espacios urbanos y arquitectónicos de la zona de Palenque con el que espera poder revelar el origen y desarrollo de la ciudad.
Consideró que en la evolución de las etapas constructivas de la ciudad maya se puede encontrar el eslabón perdido acerca de la identidad de la Reina Roja, quien podría ser la esposa del Rey Pakal II o una importante mujer de la dinastía de Palenque llamada Hun K'Anleum "Señora Telaraña".
"El misterio de la Reina Roja parece muy difícil de resolver, Palenque es muy grande y sólo se ha excavado un 30 por ciento de su extensión, por lo que aún nos depara muchas sorpresas". concluyó la investigadora.
SEPULCRO VELADO
1990, los arqueólogos protagonizaron arduos debates acerca de la identidad de los restos de la Reina Roja, sepultada en el subsuelo del Templo XIII de Palenque, junto al Templo de la Inscripciones. La enigmática dama fue equipada con una máscara.
Gracias a la interpretación de glifos, afirman que puede tratarse de Hun K’Anleum, la “Señora 1 Telaraña”, una mujer encumbrada del linaje dirigente de Palenque.
Un conducto del Templo, construido en la falda de la montaña, permitiría al espíritu de la Reina abandonar la tumba y regresar a la superficie.
Junto a la escalera principal del Templo, completamente derrumbada, encontraron una puerta que conducía a una serie de pasillos y habitaciones, algunos de ellos clausurados por sus constructores.
Una pequeña perforación les permitió observar un recinto sellado de 3.80 x 2.50 metros. Un féretro de piedra pintado de rojo contenía los restos de la Reina. Junto al sarcófago encontraron el esqueleto de un niño de once años, con deformación craneana de tipo ritual. 



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