lunes, 25 de junio de 2012

Entre la Historia y la Leyenda.

 

Desde la más remota antigüedad diversos textos y narraciones nos ofrecen la posibilidad de encontrar infinidad de referencias sobre el modus operandi de ciertos personajes (más mitológicos que reales) que podrían encuadrarse, sin ningún género de dudas, dentro de los cánones de comportamiento del vampiro clásico.

Hace más de mil años, en la antigua China, aparece la crónica de Chi Wu Lhi en la que nos narra las fechorías de un chupador de sangre que sembró el pánico en una aldea cercana a Pekín. En este mismo país también existía cierta reticencia a enterrar aquellos difuntos que no presentasen síntomas evidentes de putrefacción, y ante cualquier tipo de duda decidían incinerarlos. Continuando en este contexto supersticioso convendría significar el hecho que en numerosas excavaciones arqueológicas han aparecido muchos restos humanos en los que los brazos y piernas habían sido atados concienzudamente con rudimentarias ligaduras de cuero.

En la antigua Roma se temía la aparición de un vampiro volador, el Strix, que sembraba el terror entre campesinos y pescadores. Los clásicos Virgilio, Plinio, Agripa, Herodoto, Homero, Aristófanes, Pomponio, Solinio, Estrabon, Petronio y un largo etc. creían tanto en la existencia de licántropos como en unos seres emparentados con los lémures romanos (espíritus de difuntos) denominados empusas, seres espectrales que disfrazaban su aspecto de muy diferentes formas y que asesinaban niños con el único fin de alimentarse de su sangre. También eran conocidas las arpías o harpías, una especie de híbridos espectrales, mitad pájaro mitad fémina que de forma similar a las empusas se dedicaban al rapto de niños con sus agudas garras.

En culturas diferentes a las mencionadas, como el caso de la antigua África ecuatorial, se creía en la existencia de unos seres denominados wengwuas, cadáveres que abandonaban sus tumbas para alimentarse de la sangre de los vivos.

Ejemplos de referencias vampirescas en textos clásicos los encontramos en Las ranas, donde Aristófanes nos da a conocer a un espectro (empusa) describiéndole con aspectos tan diferentes como un perro, una mula o una voluptuosa dama. El propio Homero nos narra cómo Ulises, en el Hades, ofrece, como bebida, el fluido vital a los espíritus para que pudiesen recuperar su alma y vida.

La creencia de que la sangre es vida la podemos encontrar desde el principio de los tiempos y en las más diversas culturas. Evidentemente, también hay que mencionar los sacrificios sangrientos que los aztecas tributaban a sus dioses y de los que la historia nos ofrece multitud de testimonios. Su dios Huitzilopochtli era el que exigía mayor tributo de sangre. No debemos olvidar que los aztecas se sentían obligados a ofrendar su corazón y sangre a los dioses como justa compensación por haber creado el mundo.

Las diferentes formas con las que se ha denominado al vampiro a lo largo de la historiase corresponden con las múltiples culturas en las que este siniestro y mítico personaje se ha hecho acreedor de las más terroríficas historias y leyendas. Los griegos, además de nombrarlo como Vrykolakes, también lo hacían como Brikilakas, Barabarlakos, Borborlakos, Katalkanas o Bourdoulakos. Los germanos, como Nachzehrer y los normandos como Luttins. En sánscrito era conocido como Katakhanoso o Baital. En ruso como Upiry, término del cual probablemente haya derivado el polaco Upiroy. En la antigua China se denominaba a un diablo chupador de sangre como Giang Shi, pero quizá se temía aún más al ataque del vampiro llamado Kiang, capaz de chupar la sangre de sus víctimas en tan sólo unos segundos. 
 
Historias de Lamias

En la tragedia griega nos enfrentamos con los mayores derramamientos de sangre. La empusa o lamia, es un demonio que poseía cuerpo material, pero no formado por carne y huesos.

El poeta inglés Keats basó su poema Lamia en la siguiente leyenda que aparece en la Vida de Apolonio de Tiana, de Filóstrato. Este habla de un discípulo de Apolonio.

Entre los más recientes se encontraba Menipo, un licio de veinticinco años de edad, provisto de buen juicio y de un cuerpo de tan bellas proporciones que más bien parecía un elegante y noble atleta. La mayoría de la gente creía que Menipo era amado por una mujer extranjera, muy hermosa, delicada y rica; sin embargo, no poseía ninguna de estas cualidades: todo era aparente.

Un día, yendo solo por el camino, se encontró con una aparición, una mujer que cogió su mano y le aseguró que hacía mucho tiempo que estaba enamorada de él, que era fenicia y vivía en un barrio de Corinto cuyo nombre le dio, diciéndole:

“Cuando llegues allí esta noche oirás mi voz cantándote; te daré un vino que jamás has bebido antes y no habrá rival que te moleste; nosotros dos, hermosos seres, viviremos juntos.”

El joven asintió, porque, aun siendo filósofo convencido, era susceptible a las tiernas pasiones. Aquella noche fue a verla y a partir de entonces se le vio constantemente en su compañía. Decía amarla porque aún no se había dado cuenta de su naturaleza.

Apolonio observa a Menipo como lo haría un escultor; trazó la silueta del joven y la examinó.

Después de hallar sus puntos flacos, le dijo:

-Eres un joven atractivo y hermosas mujeres te asedian, pero en este caso estás acariciando a una serpiente y una serpiente te acaricia a ti.

Ante la sorpresa de Menipo, Apolonio añadió:

-Esta dama es de una clase con la que no puedes casarte. Además, ¿ Porqué habrías de hacerlo? ¿Crees acaso que te ama?

-Claro que lo creo-respondió el joven-, ya que se comporta como si me amase.

-Entonces, ¿te casarías con ella?- preguntó Apolonio.

-¿Por qué no? Ha de ser maravilloso casarse con una mujer que le ama a uno.

Apolonio preguntó a Menipo por la fecha de la boda.

-Quizá mañana-contestó-, no tenemos por qué retrasarlo.

Apolonio aguardó con impaciencia el momento del banquete nupcial. Y entonces, presentándose a sí mismo a los invitados recién llegados, dijo:

-¿Dónde está la exquisita mujer a cuya invitación habéis acudido?

-Aquí está-replicó Menipo enrojeciendo al tiempo que se alzaba ligeramente de la silla.

¿Y a quien pertenece la plata, el oro y el resto de la ornamentación de la sala del banquete?

-A la dama-replicó el joven-. Esto es todo lo que poseo-dijo, señalando la capa que vestía.

Apolonio dijo:

-¿Has oído hablar de los jardines de Tántalo, que tan pronto existen como desaparecen?

-Sí-respondieron ambos-, en los poemas de Homero, ya que, ciertamente, nunca hemos ido al Hades.

-Pues lo mismo ocurre con lo que nos rodea en estos momentos, ya que no es real, sólo lo parece. Para que puedas comprender la verdad de mis palabras te diré que esta bella mujer es uno de los vampiros, es decir, uno de esos seres a los que muchos llaman lamias y duendes.

Estos seres se enamoran y dedican su vida a las delicias de Afrodita, pero en especial a devorar la carne de los seres humanos. Atraen con sus caricias a todos aquellos a quienes desean devorar.

La dama repuso: -Deja de decir tonterías y vete de aquí.-

Pretendía estar disgustada por las palabras de Apolonio y no cabía duda de que se sentía inclinada a mofarse de los filósofos, diciendo que sus palabras carecían de sentido.

Sin embargo, cuando quedó demostrado que las copas de oro y los objetos de plata eran tan ligeros como el aire y estos se confundieron con la luz, desapareciendo ante sus propio ojos, mientras los escanciadores de vino y todo el tropel de servidores se esfumaba tras las palabras pronunciadas por Apolonio, el espectro pretendió llorar e imploró que no la torturara y no la obligase a confesar lo que en realidad era.

Apolonio insistió sin ablandarse hasta que admitió ser un vampiro, que había estado embaucando a Menipo procurándole placeres antes de devorar su cuerpo, ya que necesitaba alimentarse con cuerpos jóvenes y hermosos, de sangre fuerte y pura.

He relatado la más conocida historia de Apolonio en toda su extensión, porque he creído necesario hacerlo así; muchas personas conocen el hecho y saben que se desarrolló en el centro de la Hélade; solo saben, de modo vago, que atrapó a una lamia en Corinto, pero nunca han sabido cómo sucedió y que lo hizo para salvar a Menipo. Yo debo este conocimiento a Demetrio y a sus escritos.

 
Otras tipologías de no-muerto griego

Otros bebedores de sangre de la antigua Grecia eran los manie (seres de una deformidad aterradora), los larve o larvae, espíritus que llevan consigo la marca de algún crimen, o la marca de un fin trágico y violento, que devoraban niños, el mormo (un espectro femenino), los gilo (fantasmas nocturnos) y las striges, que se presentabas como hermosas mujeres vampiro y como aves de rapiña chupadoras de sangre que también se inclinaban por la sangre de recién nacidos, a los que arrebataban de sus cunas mientras producían un sonido estridente.

Ovidio, autor latino nacido en el 43 a. C. describe a estas últimas en sus Fastos:

Hay unos pájaros voreces, no los que engañaban
Las fauces de Fineo con los manjares,
Pero tienen la descendencia de ellos.

Tienen una cabeza grande, ojos fijos, picos aptos para la rapiña,
las plumas blancas y anzuelos por uñas.

Vuelan de noche y atacan a los niños, desamparados de nodriza,
y maltratan sus cuerpos que desgarran en la cuna.

Dicen que desgarran con el pico las vísceras
de quien todavía es lactante
Y tienen las fauces llenas de la sangre que beben.

Su nombre es Stringe;
pero la razón de este nombre es que acostumbrar a graznar de noche de forma escalofriante.

Strix, la vampiresa caníbal

Petronio y Marco Anneo Lucano hacen la siguiente descripción sobre la strix Ericto, inhumana habitante de Tesalia que habitaba sepulcros vacíos:

Su fisonomía sacrílega está marcada por una escualidez repulsiva, y su cara, espantosa por su lividez infernal, se inclina sobrecargada de desgreñados mechones; el cielo sereno no la ha visto jamás.

Si un nimbo y negros cúmulos ocultan los astros, entonces es cuando la Tesalia sale de las despojadas tumbas en pos de los rayos nocturnos.

Con sus pisadas deja quemadas las semillas de las mies feraz, y con su aliento corrompe el aire que no era mortal. Sepulta en la tumba almas llenas de vida que todavía rigen los cuerpos; a otros a los que los hados les reservaban años de vida se les ha presentado la muerte, sin ella quererlo; pervirtiendo las exequias, saca los cadáveres de los túmulos, y los restos mortales escapan de las mismas tumbas.

De en medio de las piras roba las humeantes cenizas y huesos calcinados de jóvenes y hasta la antorcha que sostenían sus padres; recoge los residuos del lecho sepulcral que vuelan en oscura humareda, los vestidos que se deshacen en cenizas y el rescoldo que huele a cadáver.

Desde luego es mejor que “cuidado con el perro”

Mas cuando se han enterrado bajo piedras y pierden los humores internos, y consumida la médula de los cuerpos corruptos se endurecen, entonces se encarniza ávidamente contra todos los miembros, hunde las manos en los ojos, se extasía vaciando los helados globos y les roe las pálidas excrecencias de las manos desecadas.

Se sitúa junto a los cadáveres dejados en la tierra desnuda antes que las fieras y las aves rapaces, y no despedaza los miembros con el hierro o con sus propias manos, sino que espera a que los muerdan los lobos, dispuesta a arrebatar de sus ávidas fauces los desmembrados trozos.

No duda ante el asesinato si necesita sangre caliente, la primera que brota al abrir el cuello, si las fúnebres mesas exigen entrañas palpitantes; así, abriendo el vientre, y no por donde la naturaleza reclama, extrae los fetos para colocarlos en aras ardientes.

Arranca el vello de un cadáver en la flor de la vida, arranca con la mano izquierda la cabellera de los efebos moribundos. A menudo, en el funeral de un pariente, la sanguinaria maga Tesalia se abalanza sobre los miembros queridos y, dándoles un beso, les mutila la cabeza, les abre la boca oprimiéndosela con los dientes y, mordiéndoles la lengua pegada al paladar reseco, desliza un murmullo en sus labios helados, transmitiendo así algún nefando secreto a las sombras de la Estigia.

  

Desde el principio de los tiempos, las leyendas de vampiros se extendieron por la faz de la tierra. Pero su señal distintiva no es comparable a la de otros monstruos extraordinarios. Desde la Grecia Clásica hasta nuestros días se conoce la leyenda nacida en la antigua Persia: el registro más antiguo que documenta la existencia de los vampiros es un vaso con el dibujo de un hombre luchando contra una extraña criatura que intenta succionar su sangre.
Más tarde, los mitos babilónicos incorporaron una extraña deidad que se alimentaba bebiendo la sangre de los niños: su nombre es Lilitu o "Lilith".
De acuerdo con los textos hebreos, Lilith fue la primera mujer de Adán, a diferencia de lo manifestado en el Antiguo Testamento bíblico. Debido a su torpeza sexual, abandonó a su marido y se transformó en la Reina de los Demonios y de los espíritus malvados.
En China, durante el siglo VI A.C. se encontraron resonancias de la tradición cultural persa y hebrea. Los mismos antecedentes fueron hallados por antropólogos en India, Malasia, Polinesia, las tierras aztecas de México y la zona de Eskimos.

¿DIOSES O VAMPIROS?

De acuerdo con la mitología azteca, la ofrenda de sangre de jóvenes víctimas a los dioses garantizaba la fertilidad de la Tierra. Pero, aunque éste sea otro antecedente, las clásicas historias de vampiros se originaron en el seno de la civilización europea... Los antiguos griegos comenzaron su gesta.
Existen numerosos dioses bebedores de sangre en la mitología griega y romana, conocidos como Lamiae, Empusae y Striges. Sus nombres fueron históricamente vinculados con el de brujas, demonios y vampiros. Pero estos vampiros, aunque bebían sangre humana, eran sólo deidades y no “muertos vivos”. Se trataba de divinidades capaces de adquirir apariencia humana para poder seducir a sus víctimas.
Con el paso del tiempo y el aumento de popularidad del Cristianismo, el valor simbólico de la sangre se incrementó. La comunión del Espíritu Santo, que incluye beber el vino –símbolo de la sangre de Cristo– y comer el pan –alegoría de su cuerpo– hizo cobrar incomparable relevancia a este fluido vital. Además, durante el siglo XI las brujas y los médicos prescribían sangre de vírgenes para curar enfermedades.
Varias menciones a la presencia de vampiros pueden encontrarse en libros como El diccionario diabólico, escrito por el obispo de Cahors, en El Nugis Curialium, de Walter Map, y en la Historia Rerum Anglicarum, de William de Newburgh.

VAMPIRISMO DURANTE EL RENACIMIENTO

El fenómeno del vampirismo continuó en boga durante el Renacimiento, aunque de manera esporádica. Y se reactivó notablemente a partir del siglo XIV durante las pestes que asolaron las regiones centrales de Europa, como Prusia, Silesia y Bohemia.
Incluso llegó a interpretarse que la peste bubónica era causada por los vampiros, y el pánico de la infección condujo a gente a la enterrar a sus cadáveres sin siquiera verificar que fueran verdaderamente difuntos...
Fue por entonces que comenzó a pensarse que los vampiros se levantaban de sus sepulcros: eran personas vivas que, al salir de sus tumbas, eran interceptadas por vampiros que le infligían heridas y los transformaban en uno más del grupo.
A mediados del siglo XV, el vampirismo volvió a tomar la delantera en temas supersticiosos gracias a la publicación de un ensayo de Frenchman Gilles de Rais. Más tarde, un miembro del batallón de Juana de Arco se fugó hacia las tierras del sudoeste de Francia para buscar el secreto de la “piedra filosofal” en la sangre. Guiado por esta búsqueda, asesinó entre 200 y 300 niños, torturándolos de forma siniestra, para utilizar su sangre durante los experimentos.

LA APARICIÓN DEL MÍTICO DRÁCULA

Más tarde, durante el siglo XIX, Joris-Karl Huysmans se autocalificó como un vampiro auténtico en su novela La-Bas. También en esta época otra figura histórica llegó a ser asociada con el vampirismo: su nombre era Vlad Tepes Dracula, príncipe de Wallachia, un reino antiguo que ahora es parte de Rumania. Cabe mencionar que el apellido “Drácula” significa “dragón”…
Cuatro siglos más adelante, Bram Stoker escribiría la célebre novela Drácula, que durante siglos nos otorgaría el estereotipo del vampiro clásico.
Aunque nunca desapareció totalmente, el auge del vampirismo disminuyó entre los siglos XV y XVII. Sin embargo, hacia 1611, la supersticiosa tierra de Hungría vio nacer las macabras ocurrencias de la condesa Erzsebet Bathory (Elizabeth Bathory, más conocida como la "Condesa Sangrienta").
Esta aristócrata húngara fue acusada de secuestrar y torturar a numerosas jóvenes muchachas hasta su muerte con el objetivo de bañarse y de beber su sangre. Creía que, de esta manera, preservaría su juventud y su belleza.


Había una época en Egipto antiguo en donde los seres humanos entraron en una
conspiración para derrocar a los dioses. Blasphemed contra el Ra, rey de dioses y de los hombres, y los magos buscaban la manera de derrotar a los dioses, usando sus fuerzas los dioses habían dado a los hombres objetos y tierras para que prosperaran.
Ra, al oír hablar de las intenciones de los humanos, se reunió con el resto de los dioses, y ellos aconsejaron que llamara a Sekhmet, la fuerza contra la cual ninguna otra fuerza sirve, para que se manifestara en la tierra y calmara la rebelión.
Sekhmet se manifestaría y castigaría todos los que habían sostenido la rebelión contra los dioses.
Luego Sekhmet caminó entre hombres y los destruyó y bebió su sangre.
Una noche después de que Sekhmet había bebido la sangre y rasgado los cuerpos de los humanos, los dioses decidieron que la matanza había sido suficiente y que debía parar, pero los dioses no encontraban manera de parar la matanza , ya que Sekhmet había bebido toda la sangre de los revolucionarios.
Mientras que continuó la carnicería, los dioses reconocieron que Sekhmet, y su rabia por la intoxicación hacia aun peor la matanza, y sabían que no pararía hasta que la vida humana se extinguiera. Entonces Ra que había traído ciertas plantas colosales de la familia de la Solanaceae y que de ella se pueden elaborar drogas muy potentes para alterar la mente. Esa planta, y posiblemente también opio o cáñamo, fueron enviados al dios Sekti en Heliopolis.
Sekti agregó estas drogas a una mezcla de cerveza y sangre humana, llenando siete mil grandes jarros de la sustancia. Los jarros fueron llevados a un lugar donde Sekhmet pasaría y se vertió sobre la tierra, inundando los campos. Y cuando Sekhmet vino a estos campos y percibió lo que ella pensó que era sangre, ella se regocijo y bebió todo el líquido. Entonces " su corazón fue llenado de alegría, " su mente fue cambiada, y ella no pensó más en destruir .
Después de eso, Ra trató a Sekhmet como si las matanzas no lo hubieran molestado, elogiando la belleza y el encanto de la diosa
Las leyendas de vampiros se originaron de este a oeste en compañía de las caravanas a lo largo de la ruta de la seda por el Mediterráneo.
De allí se extendieron a Asia y luego a las tierras Eslavas y los Cárpatos.
Los mitos estaban originalmente más estrechamente asociados con Irán, entonces emigraron alrededor del siglo VIII, a donde están ahora. Casi en cuanto llegaron, el proceso de cristianización empezó y las leyendas de vampiros sobrevivieron como mitos.
Más tarde los Gitanos emigraron desde norte hacia el oeste de la India (donde tienen varios mitos de vampiros), ya allí sus mitos se mezclaron con los del pueblo Eslavo.
Los Gitanos llegaron a Transilvania brevemente antes de que Vlad Tepes Drácula naciera en 1431.
El vampiro aquí era el fantasma de una persona muerta, que en la mayoría de casos habían sido una bruja, mago etc.
Se tiene miedo a los vampiros, porque ellos matan personas pero al mismo tiempo se parecen a ellas. Pero hay ciertas cosas que los diferencian de un ser vivo, no puede proyectar ningún tipo de sombra ni se puede reflejar en ningún espejo. Además los vampiros pueden cambiar de forma, como por ejemplo la de un murciélago y eso lo hace sumamente difícil de capturar.
Al empezar un nuevo día los vampiros tienen que dormir en sus ataúdes por que los rayos del sol los matarían, pero por la noche despiertan sedientos de sangre.
La forma más común de nutrirse es atravesar por una ventana, en forma de murciélago y entonces morder a la víctima en el cuello y succionarle toda la sangre.
Los vampiros no pueden entrar a una casa sin ser invitados, pero en cuanto tienen el permiso, pueden entrar tan a menudo como ellos quieran.
El vampiro no es peligroso solo porque mata a las personas sino porque sus víctimas después de muertas se convierten en vampiros.
El lado mas fuerte de los vampiros es que son casi inmortales, sólo algunos ritos muy especiales poden matarlos tal como: poner una estaca en su corazón, cortar su cabeza o quemar su cuerpo.

Mitologías
-La figura del vampiro está regida por unas leyes fijas (como pueden ser el regresar a la tumba con el alba, el evitar el contacto con ajos y crucifijos o el no poder cruzar cursos de agua en movimiento) pero posee también capacidades que están fuera de alcance de toda comprensión humana, además de la inmortalidad, que le otorgan a estos seres un inquietante y sugerente poder; la habilidad para controlar los elementos y tomar formas animales distintas es bien conocida por todo el mundo. Sin embargo, existe otro aspecto característico del vampirismo que nos atrae con mayor fuerza: la sexualidad. Estas criaturas necesitan a toda costa saciar sus necesidades de sangre, obtener el placer de chupar la vida de los mortales a cualquier precio, y para ello son capaces de utilizar todos los medios que estén a su abasto.

Sólo se puede librar de ellos clavándoles una estaca en el corazón, cortándoles la cabeza, o sumergiéndolos en llamas. Los crucifijos, el ajo, el agua bendita y los lugares santos brindarán protección.

Ya en la antigua Babilonia existían leyendas sobre supuestas bestias "bebedoras de sangre" (Lilith, espíritu malvado que provocaba sueños lascivos y de la que se dice que fue la primera mujer de Adán), así como en la mitología asiria encontramos diferentes figuras sobre peculiares criaturas que volvían de la muerte para atormentar a los vivos. Las rutas de la seda que cruzaban Asia se encargaron de extender este tipo de leyendas; por todas partes aparecen seres míticos que se relacionan estrechamente con los vampiros. Encontramos a los Rakshasas hindúes, los Berbangs filipinos, los Langsuir malayos, al Ch'ing-Shih chino o al Jikininki japonés. Pero también en África y América aparecen seres semejantes entre las leyendas de los pueblos indígenas; entidades que se adhieren al espíritu humano para irle absorbiendo, poco a poco, la vida.


En demonología Asiria, se tratan de malvados vampiros.


Lilith: Se dice que fue la primera mujer de Adán, que Dios los creó de la tierra e iguales en todas maneras, pero como Adán intentó que quedase bajo él en el acto sexual, se sintió insultada, por lo cual se reveló y voló lejos copulando con otros seres, dando a luz niños demoníacos. Dios envió tres ángeles para que regresara.
Esta al negarse fue castigada con la muerte de sus hijos, ella en venganza juró que estrangularía a todos los recién nacidos y seduciría a los hombres en sus sueños para luego atormentarlos. Por otra parte, Eva sería creada después más dócil, incluso se dice que Lilith es la verdadera madre de Caín. Así, Lilith se convertiría en el mayor demonio femenino que unida a Namaah recorrerán el mundo como las reinas de seducción y lujuría.

Ella también dominaba las artes de la magia. Ahora Lilith, es la consorte del demonio Samael, con quien procrea cientos de demonios.Antes de convertirse en la Señora de los Demonios, durmió una noche más con Adán, de donde dicha unión, nacieron Shedim, Linin y Ruchin.

En Mesopotamia tenía mucha importancia la creencia en los seres sobrenaturales o deidades y espíritus de los muertos o muertos vengativos. Los primeros podrían ser de muchas clases: monstruos que acechaban en lugares desérticos; labartu, demonio femenino de las montañas; Sedu y Lamassu, seres ambivalentes que podían actuar como espíritus tutelares o como espíritus maléficos; Namtaru era el demonio de la peste; Pazuzu era un demonio del viento; Lilitu (de la que se deriva Lilit) era un demonio súcubo que visitaba a los hombres por la noche. Los rasgos de estos seres son terroríficos,según la demonología.

La introducción de la figura del vampiro en Europa se produjo, con la llegada de los gitanos procedentes de la India, quienes legaron a la cultura eslava las leyendas de los denominados "parásitos del alma". En Bulgaria aparecería el krvoijac, en Prusia el gierach, en Rumania el strigoiul, en Polonia el upier, en Serbia el vlkoslak, en Hungría el vampyr.También la cultura griega se vería influenciada con la aparición del brukolako. En la tradición latina, como en casi todas las religiones, la sangre juega también un papel destacado y los vampiros se introducirían en ella bajo el nombre de lamias o súcubos.
Los campesinos explicaban historias acerca de estas criaturas, de sus costumbres, sus poderes y las formas existentes para acabar con ellas. Pero, ¿quién se transforma en vampiro? Aquellos que mueren víctimas de otro vampiro, aquellos que fallecen por accidente o asesinados, los que al morir se ven reflejados en un espejo, el séptimo hijo de una familia que muere de forma precipitada, todos ellos son susceptibles de sufrir una transformación tras la muerte, de no obtener el descanso adecuado.

--Vampiros en el Mundo--

En África:
Apoop
: vampiro egipcio híbrido entre animal. Poseía una cabeza de lobo o perro y unos afilados colmillos para engullir cadáveres humanos.
Gulo
: vampiro Islámico que presenta grandes diferencia con los vampiros de tradición cristiana. Es un ser de apariencia normal para pasar inadvertido, que se mueve entre el cielo y la tierra y que no posee fotofobia. Solían habitar en los cementerios y eran aficionados a la necrofagia. Se les puede combatir con fuego.
Lamias: criaturas de sexo femenino mezcla de mujer y serpiente que habitaban en los desiertos. No poseían habla pero podían emitir unos bonitos silbidos que atraían a los viajeros que posteriormente engullían.

--En Europa--

Güaxas y Sacauntos: vienen de Asturias y Cantabria respectivamente.En España la creencia de que seres que habían muerto revivían es muy antigua.
Mulo: también llamado "vampiro gitano" significa "el que está muerto" y proviene de la fusión de viejas tradiciones de los países del Este. Suelen realizar acciones de tipo sexual y solo es posible la conversión en Mulo si se es de etnia gitana.
Vurdalak: reúne varios rasgos de seres fantásticos procedentes del Peloponeso. Al igual que el vampiro Rumano puede ascender al cielo y engullir la Luna causando los eclipses. Posee el color de la sangre y aspecto congestionado así como piel tirante al igual que el vampiro griego. Lo hace especialmente terrorífico su afición a atacar a los parientes más cercanos y queridos. La mejor forma de neutralizarlo es introduciendo en su ombligo una rama de espino quemando después su cuerpo,previamente recubierto de rastrojos, con una vela utilizada para velar a un muerto. Striges: Hermosas mujeres vampiro de cuya existencia se creía en la antigua Roma. Eran criaturas voladoras que entraban por la noche en las cunas de los recién nacidos para arrancarles el corazón con su pico.
Strigoi: procedente de Rumania. Su nombre deriva de striga, 'gritar' debido a los chillidos que se oyen cuando luchan entre sí.Pueden nacer así o haberse convertido una vez muertos. Los nacidos tienen dos corazones y una cola recubierta de pelo que les confiere fuerza.Los que proceden de una muerte son mucho más sádicos y maléficos, y pueden convertirse en insectos o seres de la noche con asombrosa facilidad.
Lemures: también tuvieron su principio en la antigua Roma.Se creía que eran espíritus de los antepasados que podían haberse convertido en vampiros y a los que solo se les podía calmar con complicados rituales.

--En Ámerica--
Resulta curioso el gran parecido entre el mito del vampiro en Europa y América siendo dos continentes que estuvieron completamente aislados hasta finales del siglo XV, es precisamente en este hecho en lo que muchos han visto una prueba de la existencia real de los vampiros. Se sabe que los propios indios americanos desarrollaron actividades de índole vampírica. Algunos indios comían ciertas partes de la anatomía de los enemigos, ya estuvieran vivos o muertos. Creían que si comían el corazón adquirían coraje y si se comían el cerebro inteligencia. La leyenda del chupador de sangre en América adoptaba las siguientes formas:
Asema: de Sudamérica, era una especie de hechicero que podía abandonar su cuerpo por las noches para alimentarse de otros.
Cihuateo
: vampiro femenino cuyo origen está en la civilización Azteca. Se creía que una mujer se convertía en él cuando moría durante el parto. Presenta similitudes con las Lamias de la civilización romana.
Thluelphuchi : también procedente de México. Podía transformarse para atacar y alimentarse de otros.



--En Asia--
Ekimmu: Procedentes de la región de Babilonia, eran espectros que al no encontrar descanso se dedicaban a adueñarse de las almas de los vivos. A los que vivían en el desierto se les llamaba Utuhhu y poseían la habilidad de camuflarse entre las dunas para atacar a los hombres. Otra variedad de estos eran los Maskin, que poseían la habilidad de volar y podían provocar eclipses. Lilith : demonio femenino de los hebreos que bebe sangre de los recién nacidos.
Ch'iang Shih
: vampiro de origen chino que adquiere forma humana gracias a un cadaver. Realiza bellos vuelos por la noche y recibe su fuerza de la Luna. Tiene una larga melena de pelo, ojos de un curioso brillo y unas uñas muy largas.
Rakhasa: vampiro procedente de la India. Es un ente semidivino que encarna las pasiones extremas (lujuria, glotonería, y violencia). Son aficionados a realizar rituales caníbales pero a pesar de su desmesurado sadismo y crueldad se presentan entre ellos cierto respeto y afecto. Utilizan la magia con gran maestría y pueden transformarse a voluntad.
Rati-Mbati-Ndua
: se trata en realidad de una entidad divina procedente de Indonesia. Posee la capacidad de transformarse en cualquier cosa y le gusta devorar a los muertos con su único diente. Posee alas en vez de brazos y adquiere la forma de un meteorito llamante cuando surca el
cielo.





En la Mitología fantástica de Tolkien, ninguna historia nos dice si Melkor crió al malvado murciélago chupador de sangre de la Tierra Media a partir de un ave o de un animal. Pero se cuenta que en la Primera Edad del Sol, los espíritus vampiros -bajo esta forma alada, de gran tamaño y armados con garras de acero- entraron al servicio de Melkor, el Enemigo Oscuro. En la Búsqueda del Silmaril, Thuringwethil, la mujer de la sombra secreta, era una poderosa vampira y la principal mensajera que viajaba entre Angband y Tol-in-Gaurhoth, donde Sauron gobernaba a los licántropos. Cuando cayó Tol-in-Gaurhoth, el propio Sauron tomó la forma de vampiro para huir.Una vez deshecho su poder hechicero, también se disiparon otros encantamientos malignos. La capa que le daba a Thuringwethil la capacidad de adoptar la forma de murciélago se le cayó, y el temido espíritu de la vampira huyó. 






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